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martes, 12 de julio de 2011

De la Mona Lisa a la catapulta: Obtenga información de sus clientes con su silencio.

Por Tania López

En 1482 un joven llamado Leonardo entra al servicio de Ludovico Sforza, duque de Milán, tras haberle escrito una carta en la que el artista se ofrecía como pintor, escultor, arquitecto; además de ingeniero, inventor de hidráulico y donde afirmaba que podía construir puentes portátiles, que conocía las técnicas para realizar bombarderos y el cañón, que podía hacer barcos así como vehículos acorazados, catapultas y otras máquinas de guerra y que incluso podía realizar esculturas en mármol, bronce y terracota. De hecho sirvió al Duque como ingeniero en sus numerosas empresas militares y también como arquitecto.
El genial Leonardo da Vinci (1452-1519), artista florentino y uno de los grandes maestros del Renacimiento, famoso pintor, escultor, arquitecto, ingeniero y científico, tenía además de una inteligencia superior, un profundo o amor por el conocimiento y la investigación,  clave tanto de su comportamiento artístico como científico. Sus teorías en este sentido, de igual modo que sus innovaciones artísticas, se basan en una precisa observación y documentación. Comprendió, mejor que nadie en su siglo y aún en el siguiente, la importancia de la observación científica rigurosa. Desgraciadamente, del mismo modo que frecuentemente podía fracasar a la hora de rematar un proyecto artístico, nunca concluyó sus planificados tratados sobre una diversidad de materias científicas, cuyas teorías nos han llegado a través de anotaciones manuscritas,
Es notable observar como uno de los seres humanos más brillantes de la historia, tomaba anotaciones las cuales eran claves para su trabajo como artista, innovador y creador, no dejaba todo a su genial memoria, observaba, registraba y documentaba, ¿interesante verdad?
Es así que muchas empresas con todas las tecnologías de hoy, no cuidan el observar, registrar y analizar sus registros para obtener información de valor que les permita tomar mejores decisiones.
No siempre un cliente podrá decirle lo que siente o que pasos sigue exactamente para tomar una decisión. Eumened.net citando a, Sierra y Bravo (1984), define la observación como: “la inspección y estudio realizado por el investigador, mediante el empleo de sus propios sentidos, con o sin ayuda de aparatos técnicos, de las cosas o hechos de interés social, tal como son o tienen lugar espontáneamente”. (http://www.eumed.net/ce/2007b/jlm.htm)
Cuando Usted observa, nadie le cuenta la experiencia, usted utiliza sus sentidos para analizar comportamientos y obtener conclusiones.
¿Ha tenido esa sensación de ver el cielo, o el mar, o un hermoso paisaje por un rato, cuando luego surge una sensación, una reflexión o hasta una idea inspiradora?, tómese el tiempo de observar a sus clientes, en algunos casos podría obtener mucha más información, reflexiones o hasta grandes ideas, con su silencio que con sus palabras, pero por favor, siga el ejemplo de Leonardo, quien siendo un genio, no olvidó documentar sus preciadas observaciones.


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