¿Está su empresa en armonía?

Materialice resultados coordinando operaciones y estrategia.

Por: Tania López Medina

Cuando la novena sinfonía de Beethoven concluye la primera vez que fue interpretada el 7 de mayo de 1824,  el teatro extasiado se aprestó a aplaudir la magnífica obra que habían escuchado, pero también la magnífica ejecución con que fue interpretada.  El maestro Ludwing van Beethoven, quien se encontraba completamente sordo,  tuvo que ser orientado para que al girar de cara al público, pudiese ver la ovación con que era retribuida su composición. Dos conceptos claves para ese éxito, una gran composición y una gran ejecución.

 Antes de interpretar una obra musical, cualquier coro u orquesta debe prepararla previamente, para lo cual, el compositor,  escribe en una partitura los sonidos que harán armónicamente sonar la música que el desea transmitir  a su público y que será traducida o interpretada por los músicos quienes harán sonar los sonidos que le corresponde a cada uno de ellos en el momento, con la velocidad y con la intensidad precisa. Cada cual tiene su “parte”, o línea específica que le corresponde ejecutar. El músico no hará nada más que lo que se le ha indicado en su parte ejecutar.

Para la interpretación de ésa obra, al frente estará un director quien analiza la partitura para dar las indicaciones a los músicos bajo las cuales él desea que sea interpretada, pues si bien el compositor ha hecho un esfuerzo en plasmar lo mejor posible como quiere que suene su obra, cuestiones como velocidad en el tiempo, combinaciones de intensidad entre los diferentes instrumentos, etc, pueden hacer que  suene un tanto diferente. El director también estará al frente de los ensayos y les brindará las pautas de ejecución para que ésta suene lo más apegado posible a la concepción original con la que se escribió, sin embargo, ya en el concierto, el director puede hacer algunas variaciones en tiempo, carácter, intensidad, etc, según él considere conveniente y los músicos deben estar atentos a seguir a pie juntillas dichas señales.

Como podrá observar, si un gerente cuenta con un plan estratégico, (cual si fuese la partitura general de una obra musical), cuenta entonces con un panorama integral de hacia dónde quiere llevar la organización. El plan está enmarcado en la visión de lo que la empresa pretende ser en cierta cantidad de años y como va a lograr ese propósito. Es así que quien o quienes desarrollen dicho plan serán  los creadores de las estrategias o  conceptos bajo los cuales “sonará la composición” de esa empresa, y ¡ojo!, que un plan puede estar bien hecho, pero no por ello ser del gusto de sus clientes; si esto no ocurre, la crítica no será buena y entonces no habrá mucha más afluencia de espectadores, o clientes.

 Así como en la música, el plan estratégico conlleva un proceso creativo, y debe ser elaborado por conocedores del negocio, obviamente el emprendedor o gerente es el primer aportante en éste proceso, pero eso no resta que pueda ser ayudado en cuanto a la forma o método para escribirlo, sobre todo si no tiene mucha experiencia en la elaboración de éstos planes.

 Ahora bien, él como diseñador o creador de la estrategia,  debe imprimir un toque personal y único que permita diferenciar a su organización de las demás, también debe gustarle mucho lo que hace, ser apasionado de su empresa y tener sentido de la organización e integración de conceptos y personas para armonizar sus ideas con lo que escribe y que pueda ser comprensible a la vez por quienes van a ejecutar el plan.

Una vez que el plan estratégico está finalizado y revisado a detalle, así mismo, cada área de la empresa, debe contar con su  parte, en dónde claramente tiene indicado que y como va a ejecutar la línea que le corresponde. Cada miembro de la organización debe estudiarla y conocerla e igualmente debe apegarse para que ese plan estratégico “suene” tal como fue concebido.

Si bien en el proceso pueden haber variantes por situaciones del entorno en el que se desarrolla, dichas variantes no deberían sacar por completo a ninguna división de su línea original del plan, a menos que  como en la música, la misma composición tenga una opción a improvisaciones por un solista, quien aunque pueda hacer maravillas con su instrumento o su voz, no debe salirse de la base armónica de la composición, de la misma manera, un gerente de marketing con opción a utilizar presupuesto en actividades diversas para su estrategia particular, su meta y cumplimiento de sus objetivos originales se mantienen en coordinación con el plan estratégico elaborado de manera integral para toda la empresa.

Es así que un plan enmarcado en la visión y misión de la empresa, establece por ejemplo, planes estratégicos con varios años de duración, y anualmente establecen un plan operativo anual que van alineados con dichos objetivos, para que año con año se vaya dando un paso más hacia el cumplimiento de esa visión. Para ello se establecen también se establecen  metas de cumplimiento por área y como antes se mencionó cada miembro debe tener claros sus objetivos particulares enmarcados en su plan de área.

 Como en una gran orquesta, mientras más grande la organización, más compleja se torna su integración, por ello, el gerente debe conocer con el mayor detalle posible como está integrado su plan y por otro lado la claridad en lo que cada quien debe hacer es clave para que nadie heche a perder la obra con una mala ejecución. Mientras mejor preparados estén los miembros de su organización y Usted mismo como gerente o emprendedor lo esté, mejor diseñadas e interpretadas estarán las líneas estratégicas con las que pretende lograr sus anhelos empresariales.

Eso nos lleva a reflexionar, que los músicos, o en el caso de una empresa, los integrantes de la organización, deben estar capacitados para ejecutar su parte, pues ¿Se imagina usted delegar a alguien que no sabe ejecutar un instrumento, a que ejecute una parte de su obra?. De igual manera el que personas que no estén preparadas para ejecutar sus actividades, irremediablemente no “sonarán” o  arruinarán cualquier obra por muy bella que haya sido concebida.

 La armonía es también cuestión de números, los sonidos tienen distancias específicas para que permitan sonar grupos de sonidos o acordes provocando emociones positivas en quienes las ejecutan así como en quienes las escuchan. Por ello, quienes ejecutan la obra, son músicos que aparte de que saben leer el lenguaje musical, saben ejecutar su instrumento, manipularlo e interpretarlo de tal manera que lo que está escrito se traduzca en el sonido indicado, por ello reitero, que mientras mejor formados estén sus colaboradores, mejor interpretado estará su plan estratégico.

No importa si Usted es el gerente de una pequeña empresa, todos los emprendedores comienzan en pequeño, más en la medida en que sus planes estratégicos o sus “composiciones” vayan siendo conocidas por sus clientes, de haberlo hecho con calidad,  pasión y estilo, seguramente su “música” sonará por muchos lugares que harán crecer a su empresa tal como lo habría planeado.

Ponga atención a la composición y ejecución de su plan estratégico y esté pendiente de que “suene” tal como lo planeo, pues de estar ambos en sintonía con el gusto de sus clientes, seguramente tendrá con usted auténticos seguidores que estarán siempre a la expectativa de escuchar sus “nuevas composiciones”.

Imagenes obtenidas en: 

Imagen 1. cultura-arte.blogspot.com,.Imagen 2. ugtaytoleganes.blogspot.com. Imagen 3. basseta2007.blogspot.com 

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